El fotógrafo avista la pista. Desde la cima de un montículo tras el que se encontraba la cancha, dispara rápidamente, por si se tratara de un espejismo y la imagen pudiera esfumarse en un abrir y cerrar los ojos (de la cámara). O por si sólo se apareciese cada X tiempo. Que estas cosas, cuando luego las cuentas en la Redacción, hay que verlas para creerlas. Procura también el fotógrafo, curioso de la diversidad entre planetas, el disparar procurando que se aprecie perfectamente el encaje de la pista en el valle. Y el trazado de las líneas superpuestas sobre el área de rojo marciano. De cara a una futura interpretación del mapa de juego y de su lenguaje de círculos, pasillos, zonas, tableros, metas y largeros en que consiste su civilización.
Fotografía: Justo Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez