El fotógrafo, a foto de pie, retrata el tiempo de la espera. Y su hueco. Sus estancias. Y su sonido. Que queda fuera del cuadro. Porque al otro lado de la pared, y en frente de los dos sillones, que también aguardan o incluso conversan, se escucha un off, que no vemos. Tres puertas, como mamparas, compartimentan y escenografían el momento, de duración indefinida, pero que ya se ha debido prolongar bastante, porque los pies, con sus zapatos, de la visita, o del siguiente en la cita, o del que simplemente espera a alguien que se encuentra dentro, entre puertas, se muestran como inactivos, cruzados, uno apoyado en el otro. Plantados. Por el margen superior derecho, asoma el pico de un móvil, en el que se distraen las horas.
Fotografía: Justo Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez
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