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Aquiles y la tortuga

 

La fotógrafa se aposta en boxes. Las tortugas calientan antes del running y el estadio ruge. Entran en juego dos velocidades: la del objetivo de la cámara y la de las tortugas. Se trata de la última versión de la cronofotografía, aquel procedimiento anterior al cine que intentaban capturar cada instante del movimiento de los seres vivos. La fotógrafa se ve aquí en medio de una aporía. ‘Aporía’ significa en griego dificultad para avanzar. Concretamente, ésta es la aporía de Aquiles y la tortuga. La fotógrafa es Aquiles y la aporía consiste en que, a la mínima ventaja de salida que la fotógrafa les dé a las tortugas, nunca las alcanzará. La fotografía o el cine sólo pueden aspiran a pisarle los talones a lo que se mueve.

Fotografía: Teresa Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez

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