La fotógrafa advierte al cabo de unos segundos que en la sección de mosaico que ha llamado su atención por su extraordinario ritmo de cuadricula y de color (parecido al de los cordones y pulseras que hacíamos en la infancia con tiras de plástico de colores); por el brillo de óleo de sus baldosas, por el ejemplo que es de pared maestra (más, tratándose de un edificio dedicado a la enseñanza) se encuentra un objeto perfectamente mimetizado, en su mismo verde. Una silla de aula que diríase se ha traslado hasta allí, caminando como camina un dibujo animado, hasta plantarse de frente para solidarizarse con el destino de sus compañeros de mobiliario: “TIRAR”. Sobre la i de “TIRAR”, un punto con caligrafía preescolar.
Fotografía: Teresa Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez