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Escena de caza

 

No podría decirse si es el fotógrafo el que le dispara la fotografía al galgo, o el galgo el que le dispara la fotografía al fotógrafo. Es tal la fijeza, la claridad y la apelación que se percibe en la mirada del perro. Pocos fotógrafos en el reino animal como el galgo. Si saben que le miras, se vuelven, porque con sus ojos ven hasta lo que se encuentra a sus espaldas. Disfrutan de visión estereoscópica y los hay que duermen con los ojos abiertos. Algunos fotógrafos humanos, también lo hacen. Éste, responde a la mirada del galgo, enmarcando secciones de su cuerpo, del de su dueño y del stand de la Feria. En estudiada proporción. El resultado es como una pintura inglesa con escena de caza. De libros. El galgo también podría leer.

Fotografía: Justo Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez

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