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Nievidad

El fotógrafo, con su máquina del tiempo y en el mes de la Navidad, viaja hasta una nieve de 2009. Una nieve antigua. Como la Navidad. La Navidad era cuando la nieve. La nieve fijaba el recuerdo de la Navidad. Era su revelador. Y la Navidad, sobre todo sus noches, la buena y la vieja, sus trasnoches, no sucedía si no sobre el tapiz de la nieve, que es la luna hecha cristales del tamaño de la sal común. La luz cálida de una farola, en el centro de la ciudad, ilumina una alfombra de nieve. No le pedimos más a la Navidad: un poco de nieve iluminada y caminada, enhebrados del brazo. La nieve es ahora un efecto especial de los spots navideños, de turrón y de lotería. Pero la fotografía atestigua que la nieve era verdad. Y la Navidad.

Fotografía: Justo Rodríguez

Texto: Bernardo Sánchez

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