El fotógrafo, pegado a las paredes, descubre en un mismo paño varias versiones, según la edad del edificio, la de los materiales y la de las reformas. Estilos, edades de pared que parecen ir clausurándose y abriendo, en una fachada de tiempo que se extiende desde la sección clausurada en ladrillo, a modo de una suerte de románico, hasta el tendedero en activo, un gótico con vidrieras grises en cadeneta, pasando por zonas de descanso, sin estampar, como más modernas. Pues todo el montaje se ofrece y habla simultáneamente a la cámara, que enmarca el mosaico, dejando bien a la vista las distintas plantas que, como en tantas edificaciones sacras y civiles, se han ido solapando. Ésta formación data entre los siglos XX-XXI, aprox.
Fotografía: Justo Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez
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