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Fotonovela

La fotógrafa, en capítulos anteriores: la mujer salió de la tienda y se extravió. No sabía cuánto tiempo llevaba vagando. Con la chaqueta, anudada a la cintura. Sus puntas abiertas le prestaban a su figura un aspecto alado, como de nave recién aterrizada en un paraje de luz extraña, de dorado crepuscular o antiguo, frente a una ciudad cuyo horizonte había desaparecido tras el vapor polvoriento que ascendía de la superficie. Vestía un jersey a modo de fuselaje estriado y sport. La bolsa con la prenda que había descambiado colgaba de su brazo izquierdo, mientras que el derecho pendía suelto, acabado en una mano de compañía, expectante y cansada. Entonces, apareció una cúpula al final del jardín. Había llegado a un lugar.

Fotografía: Teresa Rodríguez

Texto: Bernardo Sánchez

 

 

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