El fotógrafo, donde tienen lugar los trabajos, enmarca los dos retablos superpuestos. En perfecta réplica sus respectivas estructuras, materias y estilos: el andamio metálico, de las calles de madera; el tiempo presente, del pasado; el mecanotubo, del barroco. El andamiaje consiste, de hecho, en un barroco de mecanotubo, a base de cuadrículas barradas. Un barroco esqueletizado y frío que contrasta con el calor polícromo e historiado del maderamen de fondo, el del retablo original. Los habitantes de éste, temporalmente sacados de sus casillas, observan desde las calles del retablo accesorio las obras que se están realizando en el interior de su residencia secular. La fotografía, constituye un tercer retablo. Del barroco digital.
Fotografía: Justo Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez