El fotógrafo, enviado especial en la cúpula celeste, asiste a la instalación luminotécnica prevista para estas noches. Los trabajos de cableado, conexión y ubicación de las estrellas de refuerzo se comienzan hacia el final de la tarde, cuando bajan en el cielo la luz día y la actividad general, y cuando concluyen las tareas de mantenimiento en el firmamento, que son de a diario abundantes y delicadas. Se busca, de esta manera, una hora idónea para evitar la sobrecarga eléctrica en la red cósmica y sus consiguientes efectos atmosféricos. Y un grado de oscuridad que permita testar el rendimiento estelar, su brillo, su gracia, su mapa. La sensación térmica por esas alturas es de 7º C. Un microclima. Un microuniverso.
Fotografía: Justo Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez