La fotógrafa, buscando metáforas del final de la vacación, encuentra en el perímetro de una piscina la sede de la conversación estival, esta tribuna de solarium en la que se despachan temas de temporada. Este formación coral que, ya entrados en septiembre, se irá desocupando, pero cuyas tumbonas y sillas plegables se anclan individualmente, como un eco distinto en cada caso, según modelo, colocación y color; un friso que permanece locuaz y armonizado, y rodeado por un circo de verdor. Es mobiliario con vocación de personaje. Y así, en esta postal quedan aparcados para el próximo verano los puestos del coloquio que habrá de retomarse, siempre que salga día de piscina, claro. Bajo la mirada del ángel, que escucha escondido.
Fotografía: Teresa Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez