El fotógrafo, pegado a sus propios pasos, busca señales dónde las haya para guiarse y explorar el terreno. Un terreno que es inédito, que se está cartografiando por primera vez. En todas sus cotas y líneas, continuas o discontinuas. En límites que hasta ahora no se habían traspasado en un sentido o en su contrario. Desde hace unas pocas semanas ya no vale el trazado anterior, por el que nos orientábamos. Las zonas que se han generado conforman un nuevo tablero de regiones; cada cual con su demarcación, su habitat, su grado de riesgo, sus reglas, su protocolo. El norte es una zona limpia. Prácticamente –y esta fotografía es una prueba gráfica de la nueva situación- habrá que volver a aprender a andar. Por completo.
Fotografía: Justo Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez