El fotógrafo, de vuelta al cole, se encuentra con todo el mundo. Asomado a la ventana. Es su primer día de escuela tras el verano. Y todo el mundo está un poco nervioso, pero contento. No hay más que verle la cara, radiante, con el azul planeta brillando en su océano. Todo el mundo, como corresponde, mira con curiosidad e ilusión a través de un marco múltiple de persiana, ventana y pared de ladrillo, que la fotografía re-enmarca. Es como la cabeza de R2-D2: parece que estuviéramos oyéndola, contando lo que ve, a todo el mundo. La seño o el profe le pedirá a todo el mundo que vuelva a sentarse en su pupitre, porque la clase va a comenzar. Y, sentado, todo el mundo escuchará atento junto a sus compañeros, cada cual un mundo.
Fotografía: Justo Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez
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