La fotógrafa, atravesando el guardarropa, encuentra un tramo del vestuario de la comedia humana. Aquí se muestra una cortina con las muchas posibilidades de reparto, en una especie de línea de coro, con varios pisos. La oferta de empleo dramático, como se puede apreciar, es muy amplia, en número de artículos, en edades y en tonos. Y a un precio que varía entre 4 y 10 euros, dependiendo, se supone, del rango de la pieza o de su asunto. En cualquier caso, el repertorio apunta ser el de una noche de verano, por ir todo en corto. Uno cree reconocer en algunas de esas prendas, que parecen haber sido ya ensayadas en representaciones anteriores, algunos personajes. Ella pasa por delante del tenderete dirigiéndose a la sección de señoras.
Fotografía: Teresa Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez
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