Saltar al contenido

Fiesta de los maniquíes

El fotógrafo, que acude a la llamada del escaparate, encuadra la escena. Las letras de REBAJAS tienen tal relieve sobre el fondo oscuro que parecen inscritas no en la luna sino en el aire, en medio de la calle, o incluso en la lente de la cámara, como una especie de función más del aparato: fotografiar en modo REBAJAS. El paso a tres de los maniquíes diríase que se refleja, a su vez, en el espejo de otra cámara: oscura. Al salir de las sombras, en el tránsito, se han quedado en la recámara algunas piezas de los maniquíes. Aunque no falta una línea de complementos de sus figuras. Y así, es el espectador de la imagen quien tiene que restaurar el rojo de sus labios, el brillar de sus cabellos, sus rizos perfectos y sus miradas de cristal.

Fotografía: Justo Rodríguez

Texto: Bernardo Sánchez

 

Los comentarios están cerrados, pero los trackbacks y pingbacks están abiertos.