La fotógrafa capta el reflejo de la ilusión. Y en su interior al niño. En el mismo multiplano que su sueño: el escaparate de las bicicletas. Una vez en la vida, al menos, has pedido a los Reyes Magos una bicicleta. Si no, no has pasado por la infancia. El que te la trajeran o no, es otra historia. Pero una bicicleta tienes que haberla soñado, deseado, pedido. La fotógrafa se adentra en el instante en que esa ilusión se produce, se imprime. En la mirada del niño. Todo a su alrededor son bicicletas, como las 5000 bicicletas del Dr. T. En cualquier momento se animarán, y circularán en torno a él. Las admira, las toca. Forman un gran espejismo en medio de la ciudad. Y deseará montar en una de ellas. Como en una alfombra mágica.
Fotografía: Teresa Rodríguez
Texto: Bernardo Sánchez